Más de 50
años nos enseñaron que debemos temer a las grasas saturadas y el colesterol. La
promesa era que íbamos a liberarnos de problemas de corazón, a lo contrario nos
dio muchas sorpresas más, como por ejemplo irritabilidad, agresión,
hiperactividad, depresión, autismo, … e inclinaciones suicidas. ¿Les gustaría
saber como es esto posible y que tiene que ver con las grasas?
Menos
grasas, menos carnes rojas, carne sin grasa, menos huevos, menos mantequilla,
menos aceite de coco, menos productos lácteos enteros fueron sinónimo de la
vida sana en los últimos 50 años. Pero la mortalidad por las enfermedades
cardiacas no baja. Lo curioso y muy probable es que les de la hemorragia
cerebral por bajar el colesterol. Como colmo, también se observa el crecimiento
de los problemas psíquicos. ¿A qué se debe?
Como se
muestra, la guerra contra las grasas saturadas y el colesterol no es el camino
hacía una vida larga. Las investigaciones demuestran que el camino opuesto es
aún mejor. Veamos dos motivos porque la lucha contra las grasas saturadas y el
colesterol pueden tener influencias negativas en nuestra salud mental y
psíquica.
DEMASIADOS
CARBOHIDRATOS SIMPLES
Por las
recomendaciones de no ingerir el colesterol y las grasas saturadas, muchos
empezaron a rechazar todo tipo de grasas. Lo que en general significa que
cambiaron las grasas con los carbohidratos. Exceso de carbohidratos,
especialmente los simples como es azúcar blanca, harina blanca y sus productos,
tienen una influencia negativa en la salud general y mental.