Hablar de RSE (Responsabilidad Social Empresarial)es mucho más
complejo que lo que la población supone. La RSE implica la necesidad de
cambiar as prioridades de acción y actuación de las compañías, de los
empresarios, de las empresas, pues al fin y al cabo, las necesidades del
nuevo paradigma implican la acción inmediata para evitar el caos y la
injusticia social.
El problema reside más en calar los principios de la RSE en los
directivos y enseñar a los jóvenes desde la base los principios éticos
necesarios para un nuevo contexto en el que los valores de la sociedad
han cambiado.
La prioridad por el ser humano, su salud y su felicidad debe primar
sobre el aspecto puramente mercantilista de la obtención del beneficio
en las compañías. Socialmente, la dejación de estas responsabilidades
tiene un impacto negativo en el conjunto de la Sociedad y por ende,
repercute a largo plazo en la destrucción del bienestar de todos.
En concreto, el uso de sustancias contaminantes, técnicas de coacción
de la dignidad de las personas, las condiciones unilaterales
corporativas, los métodos de recorte de gastos necesarios contra prima
retributivas a directivos y otro tipo de medidas de absolutamente
denigrantes en la praxis, han llevado a un escenario en el que las
nuevas empresas demandan la necesidad de formar a profesionales que
conozcan los fundamentos, legislación y principios de la RSE, como una
inversión necesaria para obtener el éxito personal y empresarial.
Lejos de lo que muchos piensan, hacer las cosas bien es rentable a largo plazo y adicionalmente resulta beneficioso.
Debemos salir ya del obsoleto paradigma neoclásico racionalista en el
que se asumía que los recursos son escasos y están en poder de unos
pocos, así como que lo que es beneficioso no es rentable y lo que es
rentable no es beneficioso.
Por el contrario, si asumimos que las decisiones más inteligentes en
las empresas son las que se generan a largo plazo, tendremos que el
beneficio económico y el social crecerán siempre en el mismo sentido
cuando potenciamos a todos los “stakeholders” (Todos los agentes
comprometidos con el cambio del Paradigma).
Y en efecto, así sucede en el contexto de las escuelas de negocios de
última generación. La formación en RSE es vital para cambiar los
patrones de decisión y los resultados no se hacen esperar: Las empresas
que comprenden el valor humano de sus trabajadores los “miman”, porque
saben que ellos son la empresa. Cuando los accionistas son los
trabajadores las empresas presentan ratios de crecimiento 1.000 veces
superiores a aquellas otras en las que accionistas y trabajadores no son
los mismos agentes.
¿Pero qué sucede cuando los accionistas se dan cuenta que incorporar
RSE en sus empresas es más rentable y beneficioso a largo plazo? El
éxito no tarda en llegar cuando se compara con los datos de la
competencia.” Incluso los más escépticos en RSE manifiestan que si la
competencia lo hace, nosotros también debemos hacerlo.”
