Un comentario común hecho por los occidentales acerca del tercer mundo es algo así como “esta gente es tan feliz, aunque no tienen nada”, lo que implica la confusión de cómo es posible la felicidad sin tener tantas cosas.
Anuncios y el alma humana
La finalidad de la Revolución Industrial fue crear nuevas necesidades en las personas con el fin de vender y expandir cada vez más los márgenes de las ganancias. Este es el fin del marketing. Este proceso fue descrito por Edward Bernays, el sobrino de Sigmund Freud, quien fue el responsable de convertir el trabajo de investigación de Freud en una ciencia aplicada.
La Televisión es ficción materializada
En los tiempos antiguos, ver lo que sucedía frente tus ojos significaba que ello era verdadero. Hay una realidad dentro de cual estamos diseñados para funcionar. Dado esto, nuestro subconsciente no es capaz de entender por completo el concepto de la televisión, ella representa en imágenes visuales reales cosas que en realidad no existen y situaciones que nunca se produjeron en la vida real.
En un ambiente tradicional, si una mujer ve al esposo de otra mujer disfrutando comer un plato en especial, es muy probable que llegue a la conclusión de que un plato delicioso haría feliz a su esposo también si tan solo aprende a prepararlo.
Todo lo que vemos fue exactamente lo que aparentó ser.
Lamentablemente ya no es así, con la televisión, las escenas pueden ser generadas aparentando ser reales, cuando simplemente no lo son.
De esta manera la televisión ha creado una sociedad de gente artificial con las cabezas llenas de pensamientos y deseos artificiales. Esto llevo a una gran insatisfacción y enfermedades mentales. Cuando nos sumergimos en estas imágenes creadas por la televisión, todo este conjunto de mensajes se unen para crear una realidad totalmente falsa, dentro de cual todo se anuncia – no simplemente los productos, sino también las ideas y los sistemas de creencia. Luego nos convertimos en productos de esta realidad falsa y servimos para adoctrinar los demás de tal manera que todos los individuos – incluso aquellos que no ven la televisión – son absorbidos en esta nueva definición de lo que significa ser el ser humano.
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