En
ellas he querido reflejar ese libro que no existe o que yo no supe
encontrar cuando al descubrirme portador de esta percepción busqué
con tanto afán y que habría aportado tantas y tantas respuestas a las
que después he conseguido llegar a través del trabajo y la
perseverancia.
El poder energético de la Tierra transforma los ritmos vitales
del cuerpo. La emisión de esta energía es variable; por esto, la
armonía vital depende de los lugares en que nuestro organismo se nutre
de dicha energía.
La Tierra está sometida a un constante bombardeo de ondas
electromagnéticas que provienen del espacio exterior, la mayor parte de
las cuales es absorbida por la atmósfera; sin embargo una parte
importante de estas ondas cada vez mayor (como consecuencia de la
disminución de la capa de ozono en la estratosfera) consigue llegar a la
superficie terrestre, penetrando en su interior.
Hoy en día, debido a los progresos tecnológicos, los campos eléctricos
son, en ocasiones, superiores a los naturales; la contaminación
electromagnética artificial es producida por las líneas de alta tensión,
subestaciones eléctricas, emisoras de TV y radio, electrodomésticos,
instalaciones eléctricas, maquinaria industrial, antenas repetidoras de
telefonía móvil, etc., y es absorbida por la tierra. Todas estas
radiaciones, unidas a las que se producen en el interior de nuestro
planeta y las que nos llegan del espacio, son remitidas de nuevo a la
superficie, a través de lo que conocemos con el nombre de Redes
Telúricas.
La Tierra expulsa todo ese exceso de radiaciones, a través de las
citadas redes telúricas y en la vertical de las mismas podemos encontrar
la mayor parte de las ondas que forman la parte invisible del espectro
(rayos cósmicos, rayos gamma, rayos X, partículas alfa y beta, radiación
ultravioleta y radiación infrarroja). Todo ello en pequeñas cantidades,
difíciles de detectar pero suficientes para que nuestras células
enfermen si pasamos mucho tiempo sobre ellas. Además en la vertical de
estas zonas se genera una gran ionización positiva, la cual contribuye a
la creación de radicales libres en nuestro organismo.
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